La constitución de un bloque reduce los obstáculos en las relaciones comerciales. La falta de consenso en el Mercosur perjudica las exportaciones de Brasil. La Unión Europea y Estados Unidos han estado negociando un acuerdo comercial durante más de cinco décadas, pero esperan llegar a un consenso en los próximos dos años.

Si esto sucede, Luiz Afonso Lima, economista del SOBEET y experto en globalización, dice que Brasil será afectado en un período de cinco a ocho años. “Tenemos una relación igualitaria entre estos países, y esa relación se verá menos equilibrada a medida que ellos tengan ventajas arancelarias y nosotros no”, afirma.

Las exportaciones brasileñas de acero, maquinaria, combustible, carne de res y algodón enfrentarán la competencia para vender a Europa, ya que Estados Unidos también vende los mismos productos. En el caso de los aviones y los automóviles, los productos fabricados en Brasil tendrán competencia tanto en Estados Unidos, con productos europeos, como en la Unión Europea, con productos estadounidenses.

Brasil forma parte del Mercosur, el bloque comercial que tiene como socios a Argentina, Uruguay y Venezuela, además de Paraguay, que está suspendido, y una de las reglas de esta unión es que debe haber consenso entre los miembros para cerrar otros acuerdos comerciales. Sin embargo, esto no ha sucedido en el grupo, lo que perjudica las exportaciones brasileñas.

Un experto en comercio exterior dice que Brasil debe negociar por su cuenta con la Unión Europea si las conversaciones entre el Mercosur y el bloque europeo, que ya duran diez años, no avanzan.

“Brasil no puede quedarse aislado del mundo siendo el país con nuestras características, un gran mercado, un gran productor, un gran país agrícola. No podemos quedarnos sin alternativas en términos de negociación comercial”, afirma Rubens Barbosa, presidente del Consejo de Comercio Exterior de FIESP.

Brasil fue el país que más investigaciones inició en la Organización Mundial del Comercio el año pasado, lo que demuestra una política comercial en contra del comercio mundial, según el experto. “Estamos en una política industrial muy defensiva hoy en día, cuando deberíamos tener una política industrial agresiva para mejorar la competitividad de los productos brasileños, no solo para el mercado externo, sino también para el mercado interno”, dice Barbosa.