“Con cautela, Brasil ha evitado hacer declaraciones impactantes sobre la situación política en Venezuela, prefiriendo alinear su posición con los pronunciamientos colectivos de la región.

El lunes, el mismo día en que organizaciones internacionales se manifestaron sobre la situación en Venezuela y una controversia con Estados Unidos resultó en la expulsión de tres diplomáticos americanos de Caracas, el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño solo declaró que “la posición del gobierno brasileño sobre la situación en Venezuela se refleja en los comunicados de prensa de los Estados miembros del Mercosur y la Unasur”.

“El gobierno brasileño considera que es más efectivo, en cuanto a tomar posición sobre la situación en Venezuela, una declaración colectiva de los países de ambos bloques regionales”, afirma el comunicado del Mercosur.

El comunicado condena las muertes registradas en las protestas y lo que llamó “intentos de desestabilizar el orden democrático” en el país.

Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay piden a las partes que “continúen profundizando el diálogo sobre cuestiones nacionales (…) como lo ha promovido el presidente Nicolás Maduro en las últimas semanas, con todos los sectores de la sociedad, incluidos legisladores, alcaldes y gobernadores de todos los partidos políticos representados”.

El texto fue recibido por el gobierno venezolano como “una demostración de solidaridad” hacia Maduro. “Nadie puede negar que el gobierno bolivariano esté dialogando”, dijo el canciller venezolano, Elías Jaua, en una entrevista con la prensa en Caracas. Días antes, Argentina y Ecuador ya habían expresado su solidaridad con el gobierno de Maduro.

Según el Palacio de Miraflores, 20 gobiernos y 156 organizaciones sociales extranjeras han enviado su apoyo.

Sin embargo, en las calles la situación es de tensión. La semana pasada, tres manifestantes murieron en las protestas – dos estudiantes de la oposición y un simpatizante del chavismo. Según las agencias de noticias, hay más de cien heridos.

El lunes, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo que está preocupado por la posibilidad de “más episodios de violencia, que solo alejen las posiciones entre el gobierno y la oposición, y polaricen aún más el delicado momento que vive el país”.

Insulza dijo que el gobierno debe “respetar la libertad de expresión” de la oposición, opinó que la oposición debe “evitar provocaciones” y recomendó a los medios de comunicación que “tomen conciencia de la influencia que tienen en esta coyuntura política”.

“Intromisión encubierta”

La decisión de Venezuela de decretar la detención de Leopoldo López, una de las figuras más importantes de la oposición radical al gobierno, ha generado controversia con Estados Unidos, provocando otro incidente diplomático entre Caracas y Washington.

El sábado, el secretario de Estado, John Kerry, dijo que el gobierno estadounidense está “profundamente preocupado” por lo que llamó “violencia sin sentido” en Venezuela, y subrayó que Estados Unidos está “particularmente alarmado” por la detención de manifestantes y la orden de detención contra López.

El gobierno venezolano dice que el Departamento de Estado se puso en contacto con el embajador venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, para presionar a Caracas a liberar a los manifestantes detenidos y suspender la orden de detención contra López.

A la BBC Brasil, el Departamento de Estado no confirmó la llamada telefónica, pero confirmó que había sido notificado por el gobierno venezolano de que tres de sus funcionarios en Caracas habían sido declarados “persona non grata”.

A la BBC Mundo, una representante del gobierno venezolano en Estados Unidos, la viceministra para América del Norte, Claudia Salerno, acusó a Estados Unidos de financiar “encubiertamente” a grupos de oposición venezolanos.

Salerno dijo que los tres representantes consulares estadounidenses expulsados de Caracas estaban involucrados en una “acción bastante irregular” para traer estudiantes venezolanos a Estados Unidos, con el fin de entrenarlos en acción política.

“No estamos hablando de una actividad de inteligencia secreta, sino de una actividad de intromisión encubierta”, afirmó ella.

La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo que las acusaciones de que Estados Unidos está involucrado en las protestas en Venezuela son “falsas y sin fundamento”.