La misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Paraguay rompió su supuesta neutralidad y realizó una crítica abierta al Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en relación al seguimiento de las próximas elecciones que se llevarán a cabo en abril del próximo año.

El jefe de la OEA en Paraguay, John Biehl del Río, realizó declaraciones negativas sobre ambos bloques regionales por la suspensión del país tras la destitución del ex presidente Fernando Lugo en junio de este año.

Del Río acusó al Mercosur y la Unasur de tener intenciones ocultas detrás de la suspensión, más allá de la sanción por la interrupción del proceso democrático en el país.

También afirmó que muchas naciones no comprenden que el país sufrió un golpe de Estado, defendiendo así al ejecutivo de Federico Franco, quien asumió la presidencia después del golpe de Estado parlamentario.

La inesperada intervención de Del Río, incompatible con la misión que debe desarrollar en Paraguay, limitada a la observación del proceso electoral, obligó incluso al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, a pronunciarse en sentido contrario.

Insulza trató de remediar el error al afirmar que la OEA no se pronuncia ni realiza evaluaciones sobre las decisiones adoptadas por otros organismos regionales en relación a la situación en Paraguay.