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Mercosur intenta cerrar propuesta de acuerdo con la UE.

La Cámara de Industria y Comercio del Mercosur y Américas se enfrenta a dificultades ya que los cinco países no logran entenderse como socios económicos.

En los próximos días, el Mercosur intentará finalizar en conjunto una oferta para abrir, en marzo, las negociaciones para un acuerdo comercial con la Unión Europea. Sin embargo, esta acción integrada no puede ocultar que los cinco países del bloque apenas pueden considerarse como socios preferenciales de comercio.

Entre las crecientes barreras de Argentina, los impagos a proveedores en Venezuela y la triangulación de productos chinos en Paraguay, Brasil tiene tantos problemas como beneficios al tratar de manejar su relación con sus vecinos.

La incorporación de Venezuela al Mercosur fue vista como una gran promesa de negocios, pero hoy en día se ha convertido en un problema más. El gobierno de Nicolás Maduro no tiene problemas en importar casi todo lo que consume, pero su dificultad radica en pagar las cuentas, lo que no ha estado sucediendo. Aunque el gobierno no divulga las cifras, son muchas las empresas que no han recibido el dinero que les deben. Se estima que Venezuela le debe al mercado alrededor de 1.5 mil millones de dólares solo a Brasil, y un total de 10 mil millones de dólares en general.

El gobierno brasileño ha estado negociando desde octubre sin éxito. La falta de fondos de los venezolanos es conocida, especialmente después de que las exportaciones de petróleo a los Estados Unidos cayeron drásticamente el año pasado. Sin embargo, el impago afecta incluso los intentos de estabilización política del país, ya que la escasez solo se agrava. “Una empresa que no recibe el pago de sus ventas por adelantado simplemente deja de vender. Nadie tiene el coraje”, cuenta José Augusto Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB).

Con cuatro tasas de cambio que van desde la oficial, de 6.30 bolívares por dólar, hasta el mercado negro, que alcanza los 87 por dólar, solo las empresas a las que el gobierno venezolano les libera fondos en la tasa oficial pueden importar, y normalmente solo productos de primera necesidad. La industria brasileña de carne y sus derivados es una de las más afectadas. Sin embargo, la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne prefirió no hablar del tema. Al ser consultada, se limitó a enviar una nota en la que califica al país vecino como “un mercado importante” y expresa su interés en “estrechar relaciones” con Venezuela.

En el otro extremo del Mercosur, la siempre complicada relación con Argentina ha empeorado en los últimos meses, y la crisis cambiaria que enfrenta el país no permite ver ninguna mejora en el futuro. Las estimaciones más optimistas de la AEB indican que las exportaciones caerán 3 mil millones de dólares este año, o más del 15% en comparación con 2013. La combinación de una moneda débil, la falta de reservas en dólares y las barreras impuestas para tratar de minimizar los problemas financieros tendrán un impacto directo en las exportaciones brasileñas.

“Nuestros ya tradicionales problemas con Argentina se han vuelto un poco peores. La situación es difícil y el panorama económico del país, muy preocupante. Claramente, seremos los más afectados”, dijo Castro. A principios de diciembre, Argentina anunció una reducción del 27.5% en las importaciones de automóviles solo en el primer semestre de 2014. El impacto directo en la balanza comercial brasileña no será pequeño, ya que el 87% de las exportaciones de la industria automotriz van a Argentina.

Los problemas con Argentina comienzan con las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAIs), que en casos excepcionales deberían tener un plazo máximo de 60 días, pero en realidad están tardando hasta un año. Estas son una forma en la que Argentina trata de retener sus dólares. Los sectores de calzado, textil y autopartes son los más afectados.

“Tuvimos una gran pérdida en 2013, más de 400 mil pares que no se vendieron. Hasta ahora, nada ha cambiado”, explica Heitor Klein, presidente de la Asociación Brasileña de la Industria del Calzado (Abicalçados). “Hay una completa imprevisibilidad. Es muy difícil hacer negocios de esta manera”. Recientemente, el gobierno argentino ha añadido otra dificultad a los negocios: las compras superiores a 300 mil dólares requerirán una autorización especial del Banco Central para emitir divisas, lo que aumentará aún más los plazos y, en muchos casos, simplemente impedirá las importaciones.

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