El gobierno venezolano lanza ofensiva contra la oposición en ausencia de Chávez
El gobierno venezolano ha lanzado una ofensiva contra la oposición, que incluye amenazas de prisión por sospechas de corrupción, coincidiendo con la larga ausencia por enfermedad del presidente Hugo Chávez. Esta situación, según analistas, ha unido a los chavistas, quienes niegan que exista un vacío de poder.
En la noche del martes, la Asamblea Nacional (AN), controlada por los chavistas, inició una investigación por corrupción contra dos diputados del partido Primero Justicia (PJ -social-cristiano), liderado por el opositor Henrique Capriles.
“No los vamos a arrestar, la justicia los va a arrestar”, amenazó el presidente de la AN, Diosdado Cabello, quien también llamó al joven líder opositor “Pablo Escobar venezolano”.
Este miércoles, el diputado Pedro Carreño, presidente de la Comisión de Control de la Asamblea, formalizó la denuncia ante el Ministerio Público y pidió que sean puestos bajo custodia en sus hogares.
Hace semanas, el gobierno denunció que grupos de la “ultraderecha” venezolana y extranjera, “infiltrados” en el país, estaban planeando un atentado contra el vicepresidente Nicolás Maduro y Cabello. El martes, el mismo Maduro señaló como mentor de este supuesto plan al exjefe de operaciones de inteligencia de la policía, Henry López Sisco, refugiado en Costa Rica después de ser acusado por la justicia venezolana de un masacre en 1986.
Días antes, el vicepresidente había acusado a Capriles de conspirar contra el gobierno y la paz del país desde Colombia, donde se reunió con el ex presidente del gobierno español Felipe González.
Según el analista político Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, “a medida que se amplía la ausencia de Chávez, se vuelve más peligrosa la posible percepción de un vacío de poder, y la oposición se vuelve más peligrosa como un actor que puede ser visto con interés por parte de la población”.
Si Chávez no puede seguir ejerciendo la presidencia, el gobierno tendrá que convocar elecciones en el plazo de un mes. Desde que el 11 de diciembre fue sometido a su cuarta operación para el tratamiento de un cáncer en La Habana, ninguno de sus colegas latinoamericanos que lo han visitado han dicho que lo hayan visto, ni se ha difundido ninguna imagen del mandatario.
El gobierno intenta “amedrentar al adversario para disminuirlo y enviar mensajes concretos de que no hay vacío y que, incluso, puede ser más fuerte y más duro que el líder al que estaban acostumbrados”, explica León a la AFP.
Capriles reaccionó en el mismo sentido: “Comenzaron a armar contra personas de mi equipo. Que aquí nadie se confunda, esto no es contra (los diputados Richard) Mardo, ni contra (Tomás) Guanipa, ni contra (Gustavo) Marcano: ellos me quieren”.
Sin embargo, según el analista Farith Fraija, la ausencia de Chávez “no tiene nada que ver” con las acusaciones de las últimas semanas ni con las denuncias de corrupción presentadas en la Asamblea Nacional, que, según él, muestran que hay una parte de la oposición que está actuando al margen del sistema democrático venezolano.
Maduro y Cabello, las dos caras más visibles del chavismo sin Chávez, han endurecido unánimemente sus discursos contra la oposición, a la que acusan de querer enfrentarlos para generar división en el chavismo. Antes de partir hacia La Habana, Chávez nombró a Maduro como su heredero político en caso de que no pudiera gobernar.
“Este burgués está bien derrotado y por donde muestre la cara va a recibir golpes del pueblo”, dijo el martes Maduro, refiriéndose a Capriles, el adversario que perdió por la menor diferencia de votos -11%- de los cuatro a los que Chávez se enfrentó en elecciones presidenciales desde 1998.
Cabello, derrotado por Capriles para el gobierno de Miranda en 2008, afirmó que “no hay conciliación posible” con el viejo sistema bipartidista de socialdemócratas y demócrata-cristianos, que gobernaron Venezuela desde 1958 hasta la llegada de Chávez al poder en 1999, y que hoy integran la coalición opositora.