El Palacio del Planalto confirmó este viernes que la presidenta Dilma Rousseff participará el día 24 de una reunión de cumbre entre Brasil y la Unión Europea (UE) en Bruselas, eliminando las especulaciones anteriores de que el encuentro sería cancelado.

La confirmación de la participación de la presidenta en la reunión, revelada por Dilma en un discurso en Manaus, contradice lo que había sido anunciado anteriormente tanto por un portavoz de la Presidencia de la Comisión Europea como por la organización Business Europe, equivalente en Europa a la Confederación Nacional de la Industria (CNI) brasileña.

Empresarios europeos incluso habían planeado enviar la próxima semana una carta a la Unión Europea criticando la suspensión de la cumbre, alertando sobre el impacto de la decisión en las relaciones comerciales entre los dos socios estratégicos.

El encuentro, que tiene lugar en un momento en que la UE y el Mercosur se preparan para intercambiar propuestas para el establecimiento de un acuerdo bilateral de libre comercio, tendrá lugar después de que la presidenta visite el Vaticano el próximo fin de semana, donde acompañará la ordenación como cardenal del arzobispo de Río de Janeiro, dom Orani Tempesta.

“Este evento es una oportunidad para que los empresarios de ambos lados presenten sus prioridades para facilitar las inversiones y mejorar las relaciones”, dijo a la BBC Brasil Eleonora Catella, consejera de Business Europe para tratados de libre comercio y el Mercosur.

Los empresarios europeos esperan que la reunión entre Dilma y las principales autoridades europeas permita un acercamiento de posiciones con respecto al acuerdo comercial que la UE y el Mercosur negocian desde hace años.

Business Europe desea que la Comisión Europea “acelere el intercambio de ofertas de liberalización con el Mercosur para avanzar en las negociaciones”, explicó Catella.

El intercambio estaba previsto inicialmente para diciembre, pero fue pospuesto en varias ocasiones y se espera que ahora tenga lugar antes de finales de marzo.

El acuerdo bilateral crearía un mercado libre de 750 millones de personas y un comercio anual de alrededor de US$130 mil millones (R$315 mil millones).

Al preguntarle sobre la reciente decisión de la Unión Europea de presentar una queja contra Brasil en la Organización Mundial del Comercio (OMC), Catella -quien había indicado que una posible suspensión de la cumbre “demostraría que las relaciones entre la UE y el Mercosur siguen siendo difíciles”- destacó que “las reuniones bilaterales de alto nivel sirven para buscar soluciones amistosas a este tipo de problemas”.

“La UE tiene varias disputas con Estados Unidos en la OMC y eso no les ha impedido iniciar negociaciones para un tratado de libre comercio”, señaló la consejera.

Acuerdo aéreo

La cumbre bilateral debe tener la firma de un acuerdo para la apertura mutua de los mercados europeo y brasileño de transporte aéreo.

Bruselas tiene prisa por concluir estas negociaciones para aprovechar las oportunidades ofrecidas por la realización de la Copa Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016 en Brasil.

Si se cumple el calendario, el acuerdo aumentará el tráfico aéreo entre el país y el viejo continente en 335 mil pasajeros solo en el primer año de su entrada en vigor y generará US$630 millones anuales en beneficios, según estimaciones europeas.

Otro acuerdo en preparación se refiere a la construcción de un cable submarino de fibra óptica entre Brasil y la UE, un proyecto diseñado para reducir hasta en un 15% los costos de transmisión de datos digitales entre los dos socios.

Dilma y los líderes europeos deben analizar las posibilidades para completar el financiamiento de la obra, evaluada en 245 millones de euros.

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social brasileño (BNDES) se han comprometido a contribuir con 100 millones de euros cada uno, pero falta encontrar inversionistas para cubrir los 45 millones restantes.