El Brasil llegará a la Cumbre del Mercosur, que comienza este lunes (28), en Caracas, con la propuesta de adelantar la aplicación de la tarifa cero en el comercio con países del Pacífico sudamericano. Según la propuesta brasileña, las tarifas comerciales en las transacciones entre el Mercosur y Colombia, Chile y Perú, se reducirán a finales de este año. Según la idea original, el acuerdo entraría en vigor en 2019. Solo México, el cuarto miembro de la Alianza del Pacífico, se quedaría fuera por el momento. El objetivo de la medida, además de ampliar la liberalización comercial en América del Sur, es dar una respuesta política al “marketing” de la Alianza del Pacífico, que va en contra de que una supuesta “ideologización” del Mercosur perjudica el desempeño del bloque en términos de comercio regional. A pesar de negar oficialmente que la Alianza, integrada por países cercanos a Washington, compita con el Mercosur, internamente el Ministerio de Relaciones Exteriores está molesto con el peso propagandístico que el bloque ha dado a su integración, aún incipiente, como modelo sin sesgo político. “Con la tarifa cero, Brasil reafirma su protagonismo y demuestra que lo que guía sus acciones es la integración en la práctica, más que la supuesta dicotomía ideológica entre bolivarianos que se acercan al Mercosur y los liberales de la Alianza del Pacífico”, afirmó el economista Pedro Silva Barros, titular de la misión en Caracas del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (Ipea). Además de una nueva “ofensiva comercial” de Brasil, la medida también busca completar la instalación de una zona de libre comercio e integración que cubra toda América del Sur. Según el economista Darc Costa, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio e Industria de América del Sur, la “tarifa cero” implementa un mecanismo de proteccionismo regional, ya que crea un mercado diferenciado para los productos de la zona en comparación con, por ejemplo, los productos chinos. “Incrementará el comercio en la región”, afirmó el economista. Cambio de perfil En los últimos años, el comercio de Brasil con Colombia ha aumentado un 300%, con Perú un 389% y con Chile un 200%, según datos oficiales. Estas cifras pesaron a la hora de convencer al gobierno brasileño de apostar por la liberalización total con sus vecinos. En la práctica, las tarifas de Brasil con los países de la Alianza ya se acercan a cero. Ahora, Brasilia quiere cambiar el volumen y el perfil del mercado, centrándose en productos manufacturados y no solo en materias primas. El problema que puede surgir con el cambio tarifario es la competencia con los Tratados de Libre Comercio (TLC) bilaterales, principalmente los tratados de los países del Pacífico con Estados Unidos. Las normas de los TLC tienden a imprimir cierta ventaja comercial en comparación con las normativas regionales. Para Perú, por ejemplo, hay más ventajas en la relación comercial con Estados Unidos. La solución parcial para el problema, según Costa, son las “ventajas comparativas” ofrecidas por la integración regional. Como ejemplo, menciona la distancia entre los países de la Alianza y los del Mercosur, que es menor, lo que implica menos tiempo y recursos para el transporte de productos; y los aspectos culturales, que pueden influir en el momento de elegir el mercado proveedor. La resistencia al adelanto del acuerdo puede surgir entre los miembros de la Alianza del Pacífico, que comienzan a resentirse del impacto en sus economías de los TLC con Estados Unidos. La reciente crisis agraria en Colombia ha llevado a las empresas que favorecían la liberalización comercial a adoptar posturas proteccionistas. El profesor Carlos Eduardo Carvalho, de la PUC-SP, ve en la nueva iniciativa brasileña un intento de recuperar la posición “autoatribuida”, en su opinión, de líder de América del Sur. “Es una forma de que Brasil se inserte activamente en esta ‘zona del Pacífico’ que se ha formado en nuestras costas”, afirmó. Moratoria argentina Otro tema que se tratará en la cumbre es la crisis argentina. El miércoles próximo expira el plazo de gracia para que Argentina pague los intereses de la deuda acordada con los fondos acreedores de la histórica moratoria de 2001 (los llamados fondos “buitres”). Si se declara la moratoria, el escenario más probable, además del embargo de bienes, Argentina tendrá un acceso limitado a las fuentes de financiación internacional. La presidenta Cristina Kirchner expondrá a sus colegas del Mercosur la situación económica del país en busca de apoyo. Pero no hay nada en la práctica que los países del bloque puedan hacer. El impacto en la segunda economía más grande del Mercosur preocupa a los empresarios e inversores del bloque. “Habrá impacto, pero estimamos que será menor que la crisis que enfrentamos en 2001”, afirmó a la BBC Brasil un negociador del bloque.
