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Dilma Toca el samba de la diplomacia loca

En Bruselas, la presidenta demuestra lo que los europeos pueden esperar de Brasil en relación a un acuerdo comercial: frases sin sentido y un mundo imaginario. Así comienza la canción de Sérgio Porto, Stanislaw Ponte Preta (1923-1968), sobre un compositor que solo hacía canciones sobre la historia de Brasil. Cuando le dieron un tema complicado, “la situación actual”, el compositor enloqueció. Tiradentes habló con Anchieta, se alió con Dom Pedro y de su unión surgió la esclavitud. En el entretenimiento del Carnaval, la ausencia de lógica garantiza la alegría de los folcloristas que quieren alejarse de cualquier tema aburrido. Sin embargo, en las reuniones diplomáticas internacionales, es un desastre cuando un gobernante toma esa libertad con el idioma, la historia, la geografía y la lógica. En su discurso del lunes 24 en la VII Cumbre Brasil-Europa en Bruselas, la presidenta Dilma Rousseff protagonizó uno de esos momentos embarazosos para ella y, como representante de Brasil, para todos los brasileños. Dilma dijo estar satisfecha de estar presente en la VI Cumbre. El hecho de que la presidenta se equivocara en la edición del evento en el que estaba participando fue el menor de los errores del día. Después de eso, nuestra jefa de Estado causó muchos problemas al traductor simultáneo y al encargado de transcribir los discursos de la presidenta en el blog del Planalto.

El viaje a Bruselas tenía como objetivo avanzar en las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio. Para Brasil, este tema es de gran interés. Las exportaciones brasileñas al bloque podrían aumentar en un 12% con este tratado. Sin embargo, debido a las ataduras ideológicas del Mercosur bolivariano, Brasil no ha logrado cerrar ningún acuerdo comercial importante hasta ahora. Venezuela y Argentina son las que mandan en el Mercosur. Ahogados en sus propios y monumentales errores de gestión ruinosa, estos dos países arrastran a los demás hacia su agujero negro aislacionista y xenófobo. Brasil no tiene la fuerza para imponerse y va a la zaga. Mientras tanto, las naciones viables de la región se han unido en torno a la Alianza del Pacífico, el área de libre comercio formada por Chile, Colombia, México y Perú. Ellos son los nuevos tigres de la economía sudamericana. Una vez más, Brasil ha perdido la oportunidad de liderar la región en la dirección correcta. “Esto pone en riesgo el futuro de las exportaciones de la industria brasileña, que también enfrenta dificultades fiscales, cambiarias y logísticas”, explica el economista Roberto Giannetti da Fonseca, de Kaduna Consult.

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