La Cámara de Industria y Comercio del Mercosur y Américas ha recibido la noticia de que el gobierno brasileño ha hecho llegar a Venezuela un mensaje claro: cualquier solución no democrática a la crisis será tratada con la misma severidad que se aplicó a Paraguay en 2012. En caso de incumplimiento, se procederá a una suspensión inmediata del Mercosur y de la Unión de Naciones Suramericanas.

A pesar de nuestra política de no intervención, los diplomáticos brasileños consideraron necesario enviar un mensaje de rechazo ante cualquier violación a la institucionalidad. Brasil lideraría cualquier reacción en caso de ser necesario, ya que fue el país que ayudó a desactivar la intención de los bloques regionales, Celac y Unasur, de realizar reuniones específicas para tratar la situación en Venezuela. Actualmente, la situación parece estar más calmada.

El aviso fue dirigido a ambas partes. El gobierno brasileño no ha tenido contacto directo con la oposición, pero los grupos contrarios al presidente Nicolás Maduro saben que su discurso de derrocar al gobierno no será aceptado en la región.

Las conversaciones entre la diplomacia brasileña y Venezuela han sido frecuentes, no solo con el canciller Elías Jaua, sino también con otros interlocutores venezolanos como el exembajador en Brasilia y actual asesor especial de la presidencia de Venezuela, Maximilien Arvelaiz -nombrado por Maduro para asumir la embajada en Washington-. Arvelaiz, quien mantiene una estrecha relación con la cancillería brasileña, fue visto como una señal de que Venezuela busca normalizar las relaciones con Estados Unidos.