Brasilia – Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Federico Franco se encuentra en campaña para poner fin a la suspensión de Paraguay del Mercosur. Sin embargo, el presidente no tiene la esperanza de que después de las elecciones del 21 de abril de 2013, el bloque levante la sanción. Las autoridades brasileñas han reiterado que la suspensión solo se mantendrá hasta después de las elecciones, pero Franco insiste en su escepticismo: “Las cosas no van a cambiar”.

Franco viajó a Nueva York con la intención de conversar con miembros de la comunidad internacional y demostrar que la suspensión de Paraguay en junio fue injusta. Los líderes del Mercosur alegan que durante el proceso de juicio político de Fernando Lugo, que duró menos de 24 horas, se violó el orden democrático. “Sea quien sea el gobernante de mi país después del 15 de agosto de 2013, garantizo que las cosas no van a cambiar”, declaró el presidente paraguayo, quien además no acepta la entrada de Venezuela al bloque, algo que se oficializó a finales de julio. “Mi país no tiene relaciones con Hugo Chávez [presidente de Venezuela]”.

Luego, Franco recordó que el Parlamento de Paraguay, compuesto por 80 diputados y 45 senadores, rechazó la entrada de Venezuela al Mercosur. “El Congreso tomó una decisión unánime de marginar [a Venezuela] debido a la participación de Chávez en grupos que amenazan la seguridad y estabilidad de mi país”, explicó.

Según Franco, su misión es defender la “soberanía” de Paraguay en las conversaciones que mantienen en Nueva York. En su discurso de apertura en la 67ª Asamblea General de las Naciones Unidas, la presidenta Dilma Rousseff mencionó indirectamente la suspensión de Paraguay del Mercosur. Ella afirmó que la medida se tomó en respeto a la democracia y la integración de la región.